SINOPSIS
Candela, una mujer joven, muy bella y apasionada, ha amado a un gitano malvado, celoso y disoluto, pero fascinante y zalamero. Aunque vivió con él una vida de infelicidad, lo amó intensamente y lloró su pérdida, incapaz de olvidarlo. Los recuerdos de él son como un sueño hipnótico, un hechizo morboso, espantoso y enloquecedor. Candela está horrorizada por el pensamiento de que el muerto no se haya ido del todo, que pueda volver y la siga queriendo a su manera feroz, ambigua, desleal e insidiosa. Incluso se permite a sí misma caer presa de los pensamientos del pasado, como la influencia de un Espectro, a pesar de que es joven, fuerte y vivaz. La primavera vuelve y, con ella, de nuevo el amor en la persona de Carmelo, un joven atractivo, enamorado y galante, que la corteja. Candela no es reacia a ser conquistada, y corresponde a su amor de forma casi inconsciente, pero su obsesión por el pasado supera su inclinación presente. Cuando Carmelo se acerca a ella y se propone conseguir que comparta su pasión, el Espectro vuelve y aterroriza a Candela hasta separarla de su amante. No pueden intercambiar el beso de amor perfecto.
En ausencia de Carmelo, Candela languidece y se desploma; se siente embrujada y sus amores pasados parecen revolotear sobre ella como murciélagos malévolos de mal fario. Pero el sortilegio maligno se ha de romper y Carmelo cree haber encontrado un remedio. Una vez fue compañero del gitano cuyo espectro atormenta a Candela. Sabe que el amante muerto era el típico galán, infiel y celoso. Puesto que parece conservar, incluso después de muerto, su querencia por las mujeres hermosas, se debe aprovechar esta debilidad para apartarle de sus celos póstumos y, así, Carmelo pueda intercambiar con Candela el beso perfecto, contra el cual nada podrá hacer el embrujo del amor.
Carmelo convence a Lucía, una joven gitana guapa y encantadora, amiga de Candela, para que simule aceptar los galanteos del Espectro. Lucía acepta por mor de su cariño hacia Candela y también llevada por la curiosidad femenina. La idea de coquetear con un fantasma le parece atractiva y novedosa. Además... ¡el muerto era tan divertido en vida! Lucía ocupa el puesto de centinela. Carmelo vuelve para cortejar a Candela y el Espectro aparece para encontrarse con la encantadora gitanita y ni puede ni quiere resistir la tentación, incapaz de resistirse a los atractivos de una cara bonita. Corteja a Lucía engatusándola e implorándola, y la coqueta gitana casi llega a desesperarlo. Mientras tanto, Carmelo consigue convencer a Candela de su amor y la vida triunfa sobre la muerte y el pasado. Por fin los amantes intercambian el beso que derrota la maligna influencia del Espectro, que perece vencido definitivamente por el amor.
MUSICOGRAMA DE LA "DANZA DEL FUEGO"
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